ENTRENADORES DE FÚTBOL BASE SIN FORMACIÓN

La falta de formación en los entrenadores de fútbol base conlleva diversas deficiencias que repercuten directamente en el desarrollo de los chavales. La ausencia de conocimientos técnicos y tácticos limita las posibilidades de aprendizaje de los jugadores, impidiendo que alcancen su máximo potencial. La falta de pedagogía y metodología en la enseñanza afecta la capacidad de los entrenadores para transmitir conocimientos y fomentar el crecimiento integral de los futbolistas. 

Los jugadores son los más afectados por la presencia de entrenadores sin formación. Su desarrollo técnico y táctico se ve limitado, lo que puede dificultar su progreso en el deporte. Además, la falta de comprensión del desarrollo infantil por parte de los entrenadores no formados puede afectar negativamente la confianza y motivación de los futbolistas, lo que puede llevar al abandono prematuro de este deporte. 

Un entrenador con formación debe poseer las herramientas necesarias para guiar, enseñar y formar a los jugadores de manera adecuada. La educación deportiva de calidad es indispensable para que los éstos alcancen su máximo potencial y adquieran solidez en sus habilidades técnicas y tácticas. La formación adecuada también contribuye al desarrollo integral de los jugadores, promoviendo valores y habilidades fundamentales para su vida personal y deportiva.

La diferencia entre entrenadores con formación y los que no poseen formación,  es que los primeros tienen una base sólida de conocimientos y habilidades, que les debería permitir y proporcionar una educación deportiva de calidad; mientras que en el segundo caso, el no disponer de la formación, puede perjudicar el desarrollo de los jugadores, comprometiendo el futuro del equipo y el potencial del grupo. Los entrenadores sin formación a menudo priorizan los resultados inmediatos en lugar del progreso a largo plazo. Esto crea un entorno de presión excesiva, donde ganar a cualquier coste perjudica el desarrollo de habilidades y la comprensión real del juego, porque no todo vale. Si los entrenadores tienen una formación adecuada, están preparados para guiar y formar a los jugadores de manera efectiva, sabiendo que los resultados llegarán a través del trabajo diario.

Las federaciones y organismos deportivos tienen una responsabilidad en la regulación y promoción de la formación de entrenadores de fútbol base. Estas instituciones deben establecer programas de certificación y capacitación que aseguren que los entrenadores adquieran los conocimientos y habilidades necesarias para ejercer su labor de manera efectiva. La promoción de la educación continua y la actualización de conocimientos también son fundamentales para garantizar que los entrenadores estén al tanto de los avances y las mejores prácticas en el mundo del fútbol.

Los clubes y escuelas de fútbol también juegan un papel importante en el abordaje de esta problemática. Es responsabilidad de estas instituciones asegurarse de seleccionar a sus entrenadores y exigir requisitos mínimos de formación. Fomentar una cultura de profesionalismo y desarrollo en el cuerpo técnico es esencial para promover la calidad en la formación de los jóvenes futbolistas. 

Integrar la formación como parte de la cultura deportiva es importante para mejorar la calidad del fútbol base. La formación debe ser la identidad y valores del club o escuela, y debe ser valorada y reconocida como una prioridad para el desarrollo de los jugadores.