LA FORMACIÓN DEL ENTRENADOR EN EL FÚTBOL BASE
La falta de regulación en el Fútbol Base
Es muy común ver cómo personas sin la titulación o formación académica adecuada, ocupan puestos de entrenador, cobrando lo mismo que aquellos que hemos invertido tiempo, esfuerzo y recursos en formarnos adecuadamente.
Ser entrenador de fútbol significa más que saber dar órdenes en el campo. Requiere un conocimiento amplio del deporte, habilidades pedagógicas, capacidad de gestión de grupos y, sobre todo, un compromiso con la formación de los jugadores.
La titulación no solo garantiza que los entrenadores tenemos los conocimientos necesarios, sino que también que hemos pasado por un proceso de formación que incluye teoría y práctica adaptada a las necesidades y características de los jugadores en formación.
Es significativo a la vez que curioso que, en muchas ocasiones, se ofrezcan las mismas "pagas" a entrenadores titulados y a aquellos que carecen de la formación adecuada. Esta situación no solo desvaloriza el esfuerzo de quienes hemos invertido tiempo y dinero en nuestra formación, sino que también pone en riesgo la calidad del entrenamiento y el desarrollo de los jugadores.
➡️ Consecuencias para los Jugadores
Un entrenador sin titulación puede carecer de las herramientas necesarias para manejar situaciones críticas, para enseñar correctamente las técnicas de este deporte y para fomentar un desarrollo saludable y seguro en los niños y adolescentes. La formación de un futbolista no es solo técnica, también implica valores, trabajo en equipo, disciplina y respeto. Un entrenador bien formado está preparado para ser un mentor y una figura de referencia, algo que difícilmente puede garantizar alguien sin la formación adecuada.
➡️ ¿Por qué sucede esto?
La raíz del problema reside, en gran medida, en la falta de regulación y supervisión por parte de las federaciones y clubes. En muchos casos, los clubes buscan soluciones rápidas, sin considerar el impacto a largo plazo en sus jugadores. Deben asumir la responsabilidad de asegurarse de que sus entrenadores estén debidamente cualificados y tengan la titulación necesaria para desempeñar su labor de manera efectiva y segura. Esto implica no solo establecer requisitos mínimos de titulación, sino también promover una cultura de mejora continua y formación constante.
➡️ El valor de la experiencia y la formación
Aunque la experiencia en el campo es invaluable, no debe ser el único criterio para determinar la idoneidad de un entrenador. Si combinamos la experiencia en el campo y una formación titulada, podemos ofrecer el conocimiento práctico de haber jugado y la comprensión teórica y metodológica adquirida a través de nuestra formación. Un entrenador titulado no solo sabe qué hacer, sino también por qué hacerlo y cómo enseñar estas habilidades a sus jugadores de manera efectiva.
➡️ ¿Cómo podríamos solucionarlo?
👉 Las federaciones y los órganos reguladores pueden establecer y hacer cumplir normas claras sobre la contratación de entrenadores. Solo aquellos con la titulación adecuada deberían poder ocupar estos puestos.
👉 Los clubes deben ser conscientes de la importancia de contratar entrenadores titulados y deben ser educados sobre los beneficios a largo plazo de invertir en personal cualificado.
👉 Ofrecer incentivos y facilidades para que aquellos que deseen entrenar puedan obtener la titulación necesaria. Esto no solo mejorará la calidad del entrenamiento, sino que también elevará el estándar del fútbol base en general.
Por último y como añadido, la formación de calidad en el fútbol base es una inversión en el futuro de nuestro deporte, y es responsabilidad de todos los implicados trabajar juntos para asegurar que cada jugador reciba la mejor educación posible.
Solo así podremos construir una base sólida para el desarrollo del fútbol en todas sus categorías.